Algunas personas rehúsan comprometerse sentimentalmente, ¿cuál es el motor de esta decisión?

Cuando me propusieron desarrollar este artículo pensé: “Soy la menos indicada”, ya que estoy casada, confío en el matrimonio, trabajo día a día por mi familia para que la chispa nunca muera.

Aunque, para ser sincera, sí pasé por ese momento de duda en que me planteaba si debía casarme o si debía, preferiblemente, vivir junto a mi pareja y nada más. En ese entonces, llevaba una vida muy cómoda sin ningún tipo de responsabilidades fuertes, a más de cuidar de mí.

Volviendo un poco a mi pasado, recuerdo haber jurado nunca casarme y que definitivamente iba a tener una vida muy libre y sin compromiso. Así lo había decidido, no tanto por el miedo al matrimonio sino más bien porque no quería incomodarme.

Mi vida en ese tiempo era genial, salía cuando lo deseaba, me iba de viaje cuando quería, me compraba ropa las veces que quería, me encantaba salir a farrear con mis amigas, etc.

Entonces, siempre me decía: “Aquí en Ecuador jamás encontraré un hombre que acepte todo eso”, ya que siempre me gustó divertirme de manera sana, pero era consciente que no soportaría que me estén marcando el tiempo o, peor aún, me estén celando. Eso pensaba, hasta que llegó mi eterno enamorado: Tom.

Cuando yo tenía la hermosa edad de 25, mantuvimos nuestra relación por corto tiempo, cada quien en su casa, hasta que decidimos vivir juntos. Me pareció el candidato perfecto porque venía de otra cultura y tenía diferentes ideales de acuerdo al tipo de sociedad con la que me rodeaba en ese momento. Tales  como desarrollar actividades por nuestra propia cuenta, respetar el espacio de cada uno, tener la confianza y la libertad para algunas veces poder divertirnos solos, etc.

 Al principio parecía que la idea era excelente, ambos compartimos los mismos intereses y pensamientos.

Mis padres se ponen en contra

Claro, en ese momento hubo un torbellino en mi casa porque mis padres no estaban de acuerdo. Sus creencias, valores, pensamientos eran muy tradicionales, pensaban mucho en “qué dirá la sociedad”, etc, etc. Al final, eso no me importó porque tomé mi propia decisión.  Todo realmente empezó como un llamado a la aventura, después pasó a ser una ilusión, luego vino la etapa de madurez y finalmente, cuando me di cuenta, estaba totalmente enamorada y fue cuando las cosas empezaron a cambiar.

Yo quería un compromiso, él no

Puedo comentarles que gran parte de esa etapa que duró 4 años, la disfruté al máximo. Pero, las cosas empezaron a cambiar cuando uno de los dos ya no nos encontrábamos en la misma línea con los acuerdos que habíamos tenido en un principio. Por ejemplo: cada quien podía llevar su vida a su manera, salir cuando deseara, había atenciones pero sin ningún compromiso, podíamos ir a fiestas independientemente y respetar las amistades de cada uno. Esto funcionó sólo al principio.

Luego, sentí el deseo y la necesidad de llevar nuestra relación a otro nivel, de manera más formal, YO QUERÍA UN COMPROMISO  y para Tom nuestras vidas eran perfectas tal cual como estaban. ÉL NO ESTABA LISTO y eso fue el punto de quiebre de nuestra relación.

 

¿Vivir con tu novio puede ser algo positivo ?

Considero que la unión libre es una etapa muy bonita en una relación, te abre las puertas para conocer a tu pareja más a fondo. Además, ayuda en el momento de llevar esa relación a un matrimonio porque podrán saber si realmente es la persona con la que quieren compartir toda su vida, ya que ya habrán pasado todas esas experiencias de acoplamiento que terminan siendo las más duras en el primer año de matrimonio.   

Pero, ¿qué sucede cuando también surgen esos  pensamientos de que aún no estamos listos para un paso tan grande? por eso, mejor pensamos: “probemos a ver qué tal”. Uno de los dos o los dos no pueden asimilar con madurez una relación de convivencia y ante cualquier problema existente pasará por su  mente que cada quien puede fácilmente hacer sus maletas e irse. Considero que esta es una de las mayores complicaciones porque la falta de un compromiso verdadero te ayuda a contar con la fácil excusa de huir.

Creo que es importante tener claro que no se pueden manejar los sentimientos y que en el momento en que uno de los dos no logra mantenerse en la misma línea, la relación atravesará una crisis muy dura que se la debe tomar con mucha madurez y afrontarla a tiempo.

Personalmente, pensé que tenía el control de reservar y proteger mi corazón, pero el numerito me falló hasta tal punto que las cosas se salieron de control. Me enamoré y en ese momento no tenía la seguridad de que él estaba listo para un siguiente paso en nuestras vidas, tuvimos que distanciarnos un tiempo para entender que si regresábamos era para  algo más serio o simplemente le pondríamos un fin a la relación.

Para ser muy consciente puedo compartir hoy en día que uno de mis mayores miedos era perder todo aquello que había construido por cuenta propia como mi profesión, mis actividades laborables, de aprendizaje y vida social. No deseaba sentirme presionada por nadie, no quería ser dependiente y tenía miedo a perder la oportunidad de ser yo mientras alguien me estuviera reprochando que tenía que cambiar porque a él no le gustaba.

Apostamos por un compromiso eterno

Hoy en día, que ya tengo un matrimonio de casi dos años, puedo decir que han sido los más hermosos de mi vida. Comprendimos que todos esos temores sólo estaban en nuestras cabezas porque cuando dijimos SÍ AL MATRIMINIO fue para aceptarnos tal cual como éramos, seguir divirtiéndonos de la misma manera, seguir soñando, darnos la oportunidad de hacer crecer nuestro hogar, construir nuevas cosas y alcanzar nuevas metas.

Pero, sí hay una gran diferencia, hoy en día tenemos un gran compromiso y es hacer todo lo posible para que nuestra relación perdure hasta el final y ese compromiso solo lo obtuvimos hasta que ambos nos pusimos de acuerdo y nos comprometimos de verdad.

Ya les he contado que tenemos dos hijos maravillosos y asumimos el reto de enseñarles que a los compromisos no hay que tenerles miedo, más bien hay que tener la madurez de afrontarlos con mucha honestidad.

¿Por qué sí al compromiso?

Les dejo este lindo mensaje de alguien a quien admiro y estimo mucho, al igual que su esposa. Ellos tienen experiencia en su matrimonio y han caminado juntos de las manos de Dios. Su experiencia tocó mi corazón y el de mi esposo, nos ayudaron para que nuestro compromiso sea para toda la vida.

El matrimonio fue instituido por Dios, en la Biblia en Genésis 2.18 “No es bueno que el hombre este solo; le haré ayuda idónea para él”. Gen. 2.24. “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer y serán una sola carne”.

El matrimonio según wikkipedia =) dice que 2 personas, hombre y mujer deciden ante un rito y una autoridad unir sus vidas, como un compromiso. Matrimonio es igual a compromiso.

“Prometo serte fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad. Amarte y respetarte todos los días de mi vida hasta que la muerte nos separe”.

Estas palabras repiten todos, pero no sé si están conscientes de lo que dicen.

Cuando nos casamos con mi esposa, como todos teníamos muchas expectativas, sueños e incluso pensamos que esto era para toda la vida.  Tenemos 2 hijas maravillosas ya casadas, 2 nietos argentinos y 1 mexicano. Son matrimonios fundamentados en el Señor.

Sin embargo, después de la luna de miel y unos meses más, nos dimos cuenta que teníamos muchos defectos, esto nos llevó a muchos problemas, incluso pensamos en el divorcio.

Gracias a Dios, mi esposa conoce del Señor y 7 años después, el Señor toca mi corazón, en estos momentos fue el inicio de una transformación de raíz, que aún perdura en nuestras vidas y en nuestro matrimonio.

El matrimonio está basado en el amor que nos profesamos y sobre este tema la palabra dice:  1 de Corintios 13: 4-8  “el amor es sufrido….no tiene envidia…no hace nada indebido…no se irrita….no guarda rencor….todo lo sufre, todo lo cree…todo lo espera, todo lo soporta”.

Para terminar el matrimonio fue instituido por Dios y todo lo que se parezca ha sido creado por el hombre.

JORGE RIOS SOLA