Llevas en tu interior un deseo inmenso de recorrer el mundo, lo has planeado, tienes la posible ruta dibujada en tu mente, vacaciones pactadas y hasta unos ahorros, pero no hay nadie quien se una a tu plan. Y la idea de viajar sola no suena muy agradable del todo. ¿Por qué? ¿Cuáles son esos miedos que nos frenan?
Amigas, llevo algunos meses pensando en la idea de irme de viaje sin compañía. Es decir, que cuando arribe a mi destino esté completamente sola, sin nadie que me conozca allí, que pueda explorar nuevos rincones del mundo disfrutando de mí misma.
Algo planeado sí, pero flexible, sin tours fijos que me limiten a ciertos lugares en específico; que pueda ir a un sitio cualquiera y si me gusta me quedo y si no, sigo mi camino. No necesariamente en plan de mochilera, porque viajar solos no es exclusivo para mochileros.
Primeras Inseguridades
Algunos me dijeron que es una locura porque soy mujer. “¿Y si te pasa algo en un país lejano, en donde nadie te conoce? , ¿Y si nadie te encuentra?, no vas a tener la fuerza para defenderte”, eran las típicas alertas.
Me entró la incertidumbre y me asaltaron algunas dudas. Conversando con algunas amigas, ellas también me expresaron unas cuantas:
- La soledad: No nos podría gustar el hecho de sentirnos solas, de no tener con quien compartir las experiencias vividas o hacer algún comentario; la falta de esa amiga que nos acompañe al baño en los aeropuertos o a los centros comerciales (un enigma para muchos hombres) y además, ¿quién me tomaría las fotos?
- Inseguridad: Creo que el hecho de sentirnos indefensas ante cualquier situación de peligro es lo que más nos frena, si estás acompañada y llega a pasarte algo esa persona te ayudaría o lo comunicaría a alguien más.
Considero que estos son los dos más importantes. Luego viene la barrera del idioma, el choque cultural, los accidentes, el miedo a perderse, entre otros.
A pesar de todo, la idea aún no me parece descabellada y estoy motivada a salir de lo acostumbrado para despojarme de mis prejuicios, ya que ellos se fundamentan en algo que desconozco, están sesgados por las malas noticias. Las buenas, pocas veces aparecen en los periódicos.
"Porque los miedos estarán ahí y la única forma de vencerlos es a través de la acción. Luego se irán transformando con el tiempo"
Quizá no todas se animen a hacer esto, puesto que cada viaje es distinto y no quiere decir que viajar con otras personas sea mejor o peor, simplemente son experiencias diferentes.
Cuando trabajaba en el aeropuerto de Guayaquil me encontré con algunos viajeros, entre hombres y mujeres, que viajaban solos y me di cuenta que el número de mujeres que disfrutaban de esta forma de viajar era cada vez mayor. Si hay muchas mujeres que lo hacen, ¿por qué yo no?
¿Cómo vencer el miedo?
En mi búsqueda por encontrar a alguien cercano, que haya vivido esto, obtuve la opinión y los consejos de dos amigas viajeras que se han atrevido hacerlo y que además lo repetirían:
María José Hernandez
Ella es de Costa Rica, actualmente reside en Murcia (España) debido a sus estudios de Máster de Dirección de Personas y Gestión de Recursos Humanos. Acostumbrada a los viajes, cuenta que para las vacaciones de invierno de 2017 en Roma, decidió, de un día para otro, tomar su mochila e ir a Florencia. Miedo no tenía, no lo pensó mucho, simplemente se fue.
Jardín de la rosa (Giardino Delle Rose), Florencia
“Yo creo que viajar por tu cuenta si depende mucho de la personalidad de cada quien, yo tengo amigos que han viajado solos y me han dicho que se aburrieron mucho, que eso no es para ellos. Creo que eso sucede en la medida en que no te abres a la experiencia y a la gente”.
“Haciéndolo de esta forma te obliga a planear mejor las cosas, pero también te permite tener la flexibilidad de hacer lo que quieras y en el momento que quieras”.
“Tiene valor a medida que te abras a la gente y a la experiencia. Yo me perdí en Florencia pero para mí eso no fue frustrante ¡fue hasta divertido! Porque entonces yo no sabía qué hacer, solo empecé a caminar y esto me obligó a tener contacto con la gente, a pedir ayuda en otro idioma y ahí descubres que no todo el mundo es malo. La gente te ayuda y compartes con ellos. Empiezas a descubrir las cosas bonitas del ser humano”.
“Tiene valor a medida que te abras a la gente y a la experiencia”
“Esta ha sido una de las vivencias más hermosas. ¡ Es tu viaje! Es como cuando algo es tuyo, tan tuyo, que lo disfrutas y lo haces a tu manera”.
Vista panorámica de la Plaza de Miguel Ángel (Piazzale Michelangelo), Florencia
Melina Zevallos
Es una chica guayaquileña, alegre, quien desprende una energía que contagia al resto. Cuenta que hace poco emprendió la aventura de viajar sola. Todo empezó con un plan de viaje a Europa en agosto de 2017 junto a su prima, pero por razones personales ella no pudo viajar. ¿Y ahora que iba a hacer con sus vacaciones ya separadas?
“Me tocó viajar sola. La verdad, no estaba muy segura al principio. Me daba miedo, era algo que nunca había hecho. Pero bueno, comencé a leer unos blogs de viajeras para darme ánimo y decidí hacerlo. Mi primer paso fue hacer un viaje a Barcelona, aunque yo tenía amigos allá, opté por llegar a un hostal”.
Nashville
“La verdad, no estaba muy segura al principio. Me daba miedo, era algo que nunca había hecho”
“Luego en noviembre, cuando viajé a Nashville, ya resolví arriesgarme y viajar sin tener a nadie conocido e ir a un hostal. Este lugar te da la oportunidad de conocer gente debido a las actividades que organizan. Justo ese día, conocí a una viajera de San Francisco y a una australiana, con quienes nació una amistad. Me di cuenta que siempre habría gente por conocer”.
“Mi mayor miedo era la delincuencia, pero creo que todo sale bien si vas con cuidado y redoblas las medidas de precaución usando la tecnología a tu favor. Yo me reportaba con mis familiares antes de salir y llevaba conmigo un chip internacional”.
“Anda con cuidado, redobla las medidas de precaución y usa la tecnología a tu favor”
“Viajar sola es muy distinto, no se compara a viajar acompañado. Con alguien puedes comentar y reírte de las cosas que pasan, pero como estamos todo el tiempo hablando con esa persona no tenemos espacio para emprender nuevas aventuras por nuestra cuenta”.
Escuchar las historias de Melina y María José me motivaron a viajar sola como una experiencia más de vida y de aprendizaje personal.
Ansío muy pronto emprender este viaje y compartir esta vivencia con ustedes. Eso sí, siempre de manera responsable y con un buen plan.
Cuéntanos ¿Cuáles son tus miedos? ¿Has viajado sola alguna vez? ¿Tienes algún consejo que nos puedas compartir a las mujeres viajeras?
Recuerda: Es tu viaje, deja atrás los miedos y ¡toma tu mochila!