Sientes como mariposas en el estómago, mucha ansiedad, una felicidad que te desborda y a veces no puedes dormir por pensar en que pronto llegará el día. Sí, es la sensación que tienes antes de un viaje, antes de armar tu equipaje de mano o cargar tu mochila a los hombros y lanzarte a la aventura.

Las veinteañeras y treintañeras de hoy amamos la libertad y creemos que nuestra casa es el mundo. Hemos cambiado la concepción del éxito, impuesta por la sociedad desde niñas. Eso de comprarse una casa, un carro y tener a alguien que financie tus gastos (un esposo trabajador y solvente, por ejemplo) no es una prioridad. Cada vez, más mujeres millennials (quienes nos hicimos adultas con el cambio del milenio), que hoy tenemos entre 24 y 35 años, gozamos de libertad económica y preferimos dedicar nuestro tiempo y dinero en aquello que realmente nos hace felices y nos hace sentirnos libres: Viajar.

Nuestro éxito no está atado a situaciones materiales. Tan real es esto que los mismos expertos del sector inmobiliario en el mundo lo corroboran. La inversión en la compra de bienes inmuebles se ha reducido, los jóvenes prefieren ser arrendatarios porque saben que muy pronto se mudarán.

Las millennials sentimos amor por las nuevas culturas, por las vivencias en otros países, por los amigos que dejamos, las conversaciones profundas, las nuevas jergas e idiomas, lo extraño, lo exótico y diferente. En fin, sentimos que viajar es, en este momento, el gran amor de nuestras vidas y es la mejor inversión de tiempo y dinero que estamos haciendo.

Comparto con ustedes las experiencias de dos grandes amigas sobre su gran amor por viajar. Esto respondieron cuando se les preguntó ¿Por qué prefieren invertir tu tiempo y dinero en viajar?

Sara Barberi, ecuatoriana viviendo en España

Siempre he sentido que vivía en una sociedad donde la finalidad del matrimonio no era lo que realmente me motivaba a crecer. Me llamaba muchísimo más la atención buscar la forma de crecer a nivel profesional, conocer nuevas culturas y tener nuevas experiencias.

¿Por qué invertir tiempo en viajar en lugar de establecer una familia? Por ahora, porque no sé por cuánto tiempo más lo pueda seguir haciendo, ahora que hay vida y trabajo es satisfactorio disfrutar de eso, de vivir para viajar. En mi caso, el matrimonio y la familia, siempre han sido algo secundario. Somos muchas mujeres las que no compartimos el pensamiento de que si no nos casamos o formamos una familia quedamos arruinadas. Eso no es cierto (lo dice alguien que terminó con su compromiso de boda).

No digo que quienes sueñen con formar una familia estén errando, ni mucho menos; simplemente cada quien disfruta de vivir y ser feliz a su manera. A mí me llena y me hace feliz beber una cerveza artesanal un día en Hamburgo, a la semana en Sevilla y al mes en París. También hay quienes el despertar con un beso de su primogénito las hace sentir completas. Cada quien elige cómo disfrutar su vida.

María José Fernández, chilena

Me hace muy feliz viajar. Cada vez que voy a un lugar nuevo me encanta conocer la cultura, la gente, es como volver a nacer, es como descubrir algo nuevo. Eso me enriquece como persona y como profesional. Siento que antes de formar una familia tengo que conocer muchos países, conocer muchas personas, pasarlo bien. Siento que nací para viajar.

Puedo describir como uno de mis mejores momentos uno de mis viajes a Ecuador. Cuando llegué a una cascada en el Puyo (Pastaza), se me quería salir el corazón de la felicidad; cuando la vi, corrí directo a tirarme en la cascada. Fue un gran momento.

También me gusta hacer trekking, llegar a la cima, creo que los viajes son como nuevos desafíos para lograr hacer cosas nuevas. Soy una persona con todas las ganas y energía y me gusta llegar de vuelta del viaje con esa sensación de que lo di todo.

Prefiero coleccionar momentos, no cosas.

Foto: María José en Brasil