Seguramente han escuchado la frase: “Ni sumisa ni devota, que te quieran linda, libre y loca”. Denota varios significados talvez, pero yo me quedo con uno en especial: Si alguien te va a querer que te quiera completa. Pero antes, tú acéptate tal cual eres.

Las mujeres tendemos a cuestionarnos muchas cosas. Al menos, cuando sufrimos una decepción amorosa nos preguntamos y repreguntamos ¿Qué hicimos mal?

Nos cuestionamos si talvez no fuimos lo suficientemente atractivas, lo suficientemente discretas, arriesgadas, pacientes, sumisas o qué se yo. Nos cuestionamos tantas cosas como si tuviésemos que cumplir estándares para que alguien nos acepte. Lo cual, ¡es terrible!

Toda mujer a los 30 tuvo que haber pasado por algún conflicto de estos. Pero, ahora, llegamos a una etapa en la que valoramos y respetamos lo que somos, esa mujer en la que nos hemos convertido es más libre, sincera consigo misma e independiente. Nos aceptamos y, por lo tanto, también queremos que nos acepten, respeten y valoren, pero sobre todo, queremos que si alguien se va a enamorar también lo haga de nuestra locura.

LOCA

Quiérete con esa locura que te hace reir a carcajadas, enojarte y soltar algunas palabrotas, quiérete con esa locura que te hace bailar hasta el amanecer, hacer toples en la playa y viajar sola por el mundo, aunque la gente te diga que estás loca.

LIBRE

Quiérete libre. Quiérete con esa libertad que te hace expresar lo que piensas y sientes y que te motiva a tomar tus propias decisiones. Hay hombres a quienes les asusta tu profesionalismo, tu independencia, tu carácter y tu poder de decisión, pero no necesitas ser menos mujer para que ellos se sientan más hombres. La libertad es lo más valioso que tenemos.

LINDA

Quiérete linda, con esa luz en tus ojos que te caracteriza, con esas líneas de expresión que se empiezan a notar, con ese cabello alborotado y manos sensibles. Quiérete con esa sonrisa y esos labios rojos por el último lipstick que compraste. Pero, sobre todo quiérete. La belleza física, mental y la belleza del alma se reflejan a través de tu cuerpo, tus palabras y tus acciones.

Sé la mujer que quieres ser, no  la que los demás quieren que seas.