Ser mamá tiene sus etapas y suele ser todo un desafío.
Dios me dio la oportunidad de ser mamá de una niña, que poco a poco se ha ido convirtiendo en una mujercita; aquellas mamás que están pasando por ese proceso pueden entenderme.
En los últimos meses ha crecido mucho, calza igual que yo y aún no cumple los 12; la escucho y sus conversaciones ya muestran otro interés, definitivamente es más independiente. Por momentos se ocupa de cómo luce y por momentos se le olvida.
Les puedo aconsejar 5 cosas que estoy poniendo en práctica mientras vivo este proceso:
1. Habla con ella acerca de lo que se viene
Sus cambios físicos se van haciendo notorios y, muchas veces, no se sienten cómodas.
Una de las cosas que más le ha chocado a Faby (mi hija) es la aparición de los vellos y me ha tocado lidiar con su idea de que quiere depilarse. Pero, pienso: ¡aún es una niña! y no podemos saltar los procesos de su niñez, cada etapa tiene su momento y es importante que ellas lo comprendan.
2. Llena su mente de seguridad
No cabe duda de que las niñas son hermosas, pero es importante que sepan que son una rosa que está haciéndose cada vez más linda y que de ellas depende que se mantengan así. Es muy fácil seguir ideologías o cosas que estén de moda pero nuestras hijas debe saber que son valiosas y que nada debe hacerlas sentir menos que nadie
3. Cuéntales tu experiencia
Háblales de cómo fue aquella primera vez que llegó tu período, cuántos años tenías, en qué lugar sucedió y cómo tu mamá también te había explicado lo que sentirías. Así tendrán tranquilidad cuando les ocurra porque sabrán qué hacer y estarán conscientes de lo que deben hacer.
4. Todo cambia, pero su esencia no
Ella seguirá evolucionando, pero lo que guarde en su corazón hará la diferencia. Es importante que tenga presente que debe aprender a cuidar sus pensamientos, sus actos reflejarán los valores que has inculcado hasta hoy. Si prevalece su amor por ella también prevalecerá el respeto que tenga hacia ella misma.
5. Enséñale que puede llegar a ser una gran mujer
Enséñale que el entrenamiento para ser una gran mujer continúa, que tiene dones y habilidades que debe seguir desarrollándolos porque tiene un propósito en la vida y, con el favor de Dios, tú estarás para acompañarla en ese proceso.
¡Qué hermoso artículo! No tengo hijos ahora, pero espero enseñarles estas lecturas! ¡Gracias por compartir!