Seguramente te estás adaptando de a poco a tu nueva normalidad de vida. Estás deseosa de que la cura para esta pandemia (covid-19) llegue lo más pronto. Y también esperas que las terminales aéreas abran más destinos para empezar a emprender tu próximo viaje. Y también es muy probable que en tu cabeza ya lo estés planificando. Es más, puede que sea lo que te mantiene motivada y feliz para enfrentar esta situación que estamos viviendo.
Si ese es tu caso y tu objetivo es realizar un verdadero viaje slow, con calma y sin estrés para desconectarte de puedes seguir las siguientes recomendaciones:
- Elige un destino viable para los días de descanso con los que contarás, de forma que tengas suficiente tiempo para disfrutar del lugar.
- Camina por todas partes en la ciudad para que nada escape de tus ojos, sobre todo, aquellos rincones que no se encuentran en las guías. Todo esto hace que el viajero se mezcle con los nativos y con la cultura.
- No mirar el reloj ni programar todas las horas del día. Tampoco hay que planificar rutas interminables que impidan disfrutar del destino de forma tranquila.
- Hay que integrarse con la cultura del lugar. Una buena recomendación es probar la gastronomía y platos típicos de la zona.
- Un viajero slow prefiere encontrar una casa rural, situada en un enclave autóctono y agradable, con dueños de la zona que indiquen lugares y costumbres locales, en vez de hacerlo en hoteles.
- Tampoco hay que tratar de hacer turismo, sino simplemente viajar (yo diría que se trata de simplemente vivir) y conocer los lugares, viviendo y saboreando los momentos, sin ir todo el rato acompañado de una cámara de fotos o una guía.
¿Te animas a hacer un viaje slow?