Las mujeres pensamos mucho en los demás.
Es parte de nuestra naturaleza. ¿Cuántas veces dejamos de hacer cosas por nosotros porque priorizamos las necesidades de otras personas importantes en nuestras vidas? Esas personas son nuestros hijos, esposo, padres, amigos.
Una de las cosas personales que dejamos de hacer es acostarnos a descansar temprano, siempre hay algo que hacer en casa y muchas veces no tenemos ganas de darnos una buena rutina de belleza antes de dormir.
Un buen plan sería que empieces a pensar en ti primero. Date un tiempo libre para leer un libro o para saborear un café. Una buena plática con una amiga, que hace mucho tiempo no ves, es una buena idea.
A quienes somos mamás, muchas veces nos pasa que vamos al cine a ver películas para niños. Ir sin ellos no lo tenemos como opción, pero si te programas con tiempo podrías dejar a los niños con alguien de tu entera confianza.
Toma un tiempo y haz algo que te gusta. Hacer algo por nosotras nos llenará de satisfacción y entregaremos el doble de lo que normalmente damos.
Haz un alto y empieza a hacer cosas por ti, te lo mereces al igual que ellos.
Tendencia a ver tus defectos físicos.
Ponte cómoda y mírate al espejo. Observa cada detalle que te hace única. Reconoce que eres real, que eres un ser humano con defectos, como todos, pero también físicamente tienes tus atributos.
Tendemos a que la gente se dé cuenta de nuestros defectos y nos aseguramos de que lo sepan. Lo decimos todo el tiempo: no me gusta mi cabello, no me gusta mis formas del rostro, estoy gorda, etc.
Aprendamos a no descalificarnos y si algo podemos mejorar, hagámoslo sin excusas.
Las relaciones tóxicas nos impiden amarnos con honestidad.
¿Quién de ustedes tuvo una relación que en su momento fue bonita y en el camino se tornó muy diferente?
No hay razón para estar en una situación así. Si alguien no te valora, a pesar de que lo han conversado y discutido y tú permites que esa situación siga avanzando, simplemente no te amas con honestidad.
No acabes tu día pensando que todo va a cambiar a la mañana siguiente. Date un minuto de tiempo y si estás con alguien que resta en tu autoestima, que te aleja de tus amigos, que no te permite avanzar profesionalmente, te aleja de tu familia; esa persona no debe cegarte ni controlarte. Debes establecer límites para solucionar sus problemas.
Llena tu espacio con lo que realmente debe estar en tu vida.
Ámate en el lugar donde pasas más tiempo en el día: ¡tu trabajo!
Este es el lugar que nos exprime y no nos amamos con honestidad cuando dejamos de pensar en nosotros. ¿Te da tiempo para almorzar? ¿Para ejercitarte? ¿Para desarrollarte? ¿Para estar en familia?
Siempre das lo mejor de ti y pones en práctica todos tus conocimientos con seguridad, con buena actitud. Pero, ¿qué pasa contigo cuando quedas en segundo plano?, no permitas que se antepongan las obligaciones de tu trabajo cuando tienes la responsabilidad de tener una vida sana y plena para disfrutarla. Esa es tu primera obligación: ¡busca el éxito sin dejar de pensar en ti!
Valora la vida y el tiempo. Si ese trabajo no es el adecuado para ti, busca alternativas.
Cuando te amas con honestidad sientes aceptación, tolerancia y paciencia contigo misma. Amarte significa sentirte segura sobre lo que te gusta y sobre aquello que prefieres. Si te valoras sabrás hacer aquello que realmente te divierte, inspira, motiva y sueñas, el tiempo es ahora.
¡Es momento de hacerlo!