¿Cuántas veces has puesto tu edad como pretexto para no empezar algo? Crees que “ya no estás para eso” o crees que tu oportunidad ya pasó. ¿Por qué? ¿Por qué la edad tiene que ser un impedimento?
Por ejemplo, arriesgarte a renunciar a un trabajo estable para buscar otro mejor o emprender en aquello que siempre has querido, pero crees que ya es muy tarde para jugártela. Estudiar una nueva carrera o una especialidad, irte a vivir a otra ciudad o país, practicar por primera vez un nuevo deporte o desarrollar una nueva habilidad. En sí, cumplir algún sueño, algún deseo que lo tienes guardado.
Hay tantas cosas que quizá nos hubiese gustado hacer, pero las hemos postergado tanto tiempo, que cuando nos dimos cuenta ya pasó una década o más. Y estamos aquí en nuestra zona de “confort” y al mismo tiempo inconformes por muchas cosas que no hemos podido cumplir. En medio de todo esto, ¿por qué la edad tiene que ser un límite en nuestras decisiones?
No hay una edad exacta para comenzar. Nunca es demasiado tarde ni nunca es demasiado pronto.
La tercera ley de espiritualidad de la India, que la leí en alguna parte, dice lo siguiente: “En cualquier momento que empieces es el correcto”.
“Todo empieza en el momento indicado, ni antes, ni después. Cuando estamos preparados para que algo nuevo empiece en nuestras vidas, es ahí cuando empezará. Esta nos deja claro que lo que pasó te fortaleció y es entonces cuando debe llegar lo que esperamos. El universo o la vida, Dios o la energía nos sorprende con algo tremendamente mejor. Todo lo que nos sucede es lo que nosotros atraemos, seamos conscientes o no”.
Entonces, si te sientes preparada para comenzar algo nuevo, ¡hazlo! La edad ya no es excusa. ¿Ante los ojos de quién crees que es muy tarde para comenzar? Empecemos a quitarnos esos prejuicios que aturden nuestra mente. Piensa que tu momento es ahora. ¿A qué le temes? Cuéntanos, qué proyecto o sueño has postergado y te gustaría comenzar a hacerlo realidad.