El amor que mereces empieza por ti. Si las expectativas que tienes sobre ti misma son bajas, seguramente es lo que los demás verán en ti.
Si tu autoestima es baja, posiblemente te enamorarás de quien no te merece. Y no se trata de soberbia, se trata de amor propio.
Aprender a amarse en soledad, disfrutar de tus momentos y tu tiempo a solas es parte de tu propio reconocimiento. Solo cuando te valoras a ti misma aprendes a amar de verdad al otro. Amar no es necesitar, eso es algo que debes tenerlo presente.
Cuando amas, no estás con esa persona porque “la necesitas” o porque tienes miedo a “estar sola”, estás con ella porque complementa tu vida de alguna manera. Te hace más feliz.
Es un error tratar de buscar a alguien que nos cure cuando estamos rotos. La sanación viene desde tu interior.
Muchas mujeres caen en la idealización del amor romántico y cuando este no funciona aparece su depresión. No lo permitas. Eliminemos de nuestros pensamientos la idea de posesión u obligación. Alguien no puede estar contigo porque “te pertenece” o porque “tiene la obligación” de estar conmigo. Si alguien llega a tu vida y decide quedarse que sea porque se siente pleno contigo y asimismo te hace sentir plena.
La pareja que elijas en tu vida debe hacerte sentir la mujer más importante del mundo, no pidas menos. Si ese no es tu caso y, por el contrario, te sientes desdichada, a pesar de que lo han intentado y conversado, entonces ¿ qué haces con esa persona?
Dale las gracias por el tiempo compartido y continúa tu camino. Tú mereces ser feliz y dale la oportunidad a él también de serlo. No reproches por lo que no fue, por lo que no sucedió o por lo que no te dio. Vivir todo el tiempo reprochándole al otro no es vida.
Te invito a que trabajes en tus pensamientos y en tu autoestima. Recuerda que el amor que mereces está dentro de ti.