Si me hubiesen hecho esta pregunta hace 13 años no podría dar una respuesta. Cada mujer vive un proceso diferente de aceptación consigo misma, en algunos casos es incluso necesaria la ayuda de un profesional, en otros las experiencias que vas teniendo en tu vida te ayudan a crecer y cambiar esa forma de pensar que tienes en contra de los demás y en contra de tu propio ser.
La educación de nuestros padres cuando fuimos niñas, también tiene mucho que ver en esto. Esas inseguridades y temores generalmente se crean en nuestra niñez y permanecen en nuestro inconsciente.
La aceptación
La seguridad es algo que se construye de adentro hacia afuera. Cuando te sientes segura de quien eres, valoras tus cualidades y aceptas tus carencias, todo fluye más sencillo. Pero, el primer paso es la aceptación. Saber que hay cosas que no puedes cambiar sobre ti. Por ejemplo, aspectos que tienen que ver con tu genética, si eres alta o pequeña, si eres más o menos voluptuosa, tu color de piel, etc. La aceptación es lo más importante y quizás lo más difícil. Pero piensa en esto: Hay muchas mujeres en el mundo que quisieran ser como tú.
Trabaja en tus emociones y prejuicios
Pero, también hay aspectos de ti con los cuales no te sientes a gusto y sí los puedes cambiar. Esos aspectos tienen que ver con tus emociones y tus prejuicios, eso lo puedes trabajar ya sea por ti misma o con la ayuda de un coach o un psicólogo, dependiendo el caso. El miedo, el enojo, el resentimiento, muchas veces son las causas de tu falta de decisión para actuar. El segundo paso sería: trabajar en lo que puedes cambiar y mejorar.
Cree en ti
Repito: la seguridad se construye de adentro hacia afuera. Nunca vas a proyectar seguridad si tú no te la crees. Créetela. No se trata de que te conviertas en alguien arrogante sino en alguien que se valora y cree en sus cualidades. Si alguien alguna vez te dijo “no eres buena para eso”, rompe ese prejuicio. Nadie se conoce mejor que tú misma y sabes que puedes cambiar. Si alguna vez no hiciste algo como hubieses querido, eso no quiere decir que no lo puedas hacer mejor. Siempre podemos ser mejores.